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El Ministerio de Salud informó que la tendencia creciente de casos de sífilis en la Argentina llegó a un pico histórico y mantiene una curva ascendente, convirtiéndose así en la infección de transmisión sexual (ITS) que más cantidad de casos en aumento reporta. En ese sentido, con 32.293 casos en 2023, el organismo registró la mayor cantidad de contagios de las últimas tres décadas, por lo que advirtió que "continúa siendo un importante y creciente problema de salud pública".


Contagio y síntomas de la sífilis

Según el Ministerio de Salud, la sífilis es una ITS causada por la bacteria Treponema Pallidum, cuyo principal reservorio es el humano, y que se contagia principalmente por contacto sexual con una persona infectada; por transmisión perinatal por vía transplacentaria o durante el parto, o por transfusión de sangre.
"La bacteria de la sífilis es transmitida especialmente por contacto directo con las lastimaduras que se presentan en el área genital. Como las lesiones iniciales no producen dolor o pueden estar ubicadas en alguna zona que no visible (por ejemplo los genitales internos o en la cavidad bucal), es posible que la persona no sepa que tiene la ITS. Las lesiones en la piel que aparecen en la segunda etapa de la infección son muy contagiosas", advierten desde el organismo.
La evolución natural y sin tratamientos de la infección se divide en varias etapas, siendo que muchas personas no tienen síntomas o no los notan. En la primera, denominada "sífilis primaria" se genera una lastimadura o úlcera (llamada “chancro”) generalmente única y no dolorosa en la boca, el ano, la vagina o el pene. Muchas veces es acompañada por la inflamación de un ganglio en la zona. La lastimadura o úlcera desaparece sola después de unos días, aun cuando no se recita tratamiento.
La infección puede evolucionar a la segunda etapa ("sífilis secundaria"), después de un período de “latencia” que es variable y durante el cual no aparecen síntomas. En ese sentido, los signos de la sífilis secundaria pueden presentarse hasta varios meses más tarde. Entre ellos se encuentran erupción (o ronchas) en el cuerpo, lesiones en la boca, fiebre, aumento generalizado del tamaño de los ganglios, caída del cabello, malestar general y verrugas en la zona genital. En la tercera etapa, pueden ocurrir complicaciones graves como daño a los órganos internos, huesos, corazón y al sistema nervioso.
Sumado a esto, en cualquier estadio de la infección, ya sea de manera sintomática o asintomática, el paciente puede desarrollar neurosífilis, que se trata de una infección bacteriana del cerebro o de la médula espinal. Según el portal médico Medline Plus, entre sus síntomas se encuentran anomalías en la forma de caminar o incapacidad de caminar; entumecimiento en los dedos de los pies, los pies o las piernas; problemas para pensar, como confusión o poca concentración; problemas mentales, como depresión o irritabilidad; dolor de cabeza, convulsiones o cuello rígido; incontinencia; temblores o debilidad, y alteraciones visuales, incluso ceguera.